Fernández, de 31 años, fue acusado por la gigante nipona de vender en su local cartuchos -también conocidos como flashcards- que permitÃan ejecutar juegos piratas y software ajeno en la consola portátil Nintendo DS.
Estos productos eran importados desde China con destino al comercio del demandado. En abril de 2009 las autoridades locales habÃan incautado unos 400 paquetes que contenÃan, cada uno en su interior, un adaptador de tarjetas SD, un pendrive y el mentado cartucho para la ejecución de software en la DS.
Por tal motivo, desde Nintendo consideraron la gravedad del asunto y lanzaron un pedido de condena de 23 años de prisión y una indemnización económica de 840 mil euros, lo que representa más de 1.2 millones de dólares.
El juzgado español desestimó el delito contra la propiedad intelectual y consideró uno de los principales argumentos de la defensa, que los cartuchos que vendÃa el demandado “también servÃan para permitir la ejecución de juegos originales en otras zonas y habilitaba a la misma para actividades lÃcitas, como pueden ser el manejo de fotografÃas o ejecutar juegos de libre distribución, que no fueron diseñados para la consola”.
En cuanto a la otra acusación, la de delito contra la propiedad industrial, también fue descartada.
De todas formas la sentencia es apelable, habrá que ver como reaccionan los abogados de Nintendo.
El caso conocido ya como “Alechip”, por el nombre del local del acusado, lleva ya unos años y ha tomado creciente notoriedad pública, al ser el primero de estas caracterÃsticas. Incluso ha trascendido las páginas de los medios dedicados a la tecnologÃa para luego interesar más allá de las fronteras españolas
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